sábado, 27 de octubre de 2007

De los chorizos y otras criaturas simpáticas del Mundo

No llevamos ni un 10% del viaje y ya nos han confundido con de todo. Con irlandeses, con alemanes, con italianos, pero lo que más, de calle, con pardillos. Y, hombre, igual cara de espabilados no tenemos pero, si a nosotros nos han intentado robar la cartera día sí, día también, del derecho y del revés, ¿qué le podrán hacer a la típica pareja de americanos jubilados con pasta hasta las orejas o a los pueblerinos recién casados? Aunque, vete tú a saber. Igual los primeros haciéndose los despistados son los reyes del sinpa y los segundos no se cortan un pelo en darle una patada en medio de los güevos al primer taxista que se cuelgue.

Porque eso es lo que uno tienes ganas de hacer, harto de que le tomen el pelo de todas las formas y de todos los colores. Blancos en Jordania, chocolates en la India y amarillos en China. Está claro que ante dios somos todos iguales. Iguales de chorizos. Tenemos ejemplos para llenar varios blogs. Taxistas que tapan los taxímetros con papel de water como en Shanghai. Agencias de Viajes que se hacen pasar por oficinas de Turismo como en New Delhi. Sitios que pasan la Visa dos veces como en las termas del Mar Muerto. Excursiones donde siempre aparece un peaje que no estaba incluido o incluso te quieren cobrar dos veces, al recoger el ticket y al salir, como en la Gran Muralla o en Xian. Vendedores que rebajan su precio a una décima parte en 5 segundos como la niña de Pingyao que no se creía que no quisiéramos comprar la camiseta a 2 euros después de pedir 30. Chóferes que te llevan a otros hoteles diciéndote que son el mismo, pero con 3 estrellas menos, como en Kathmandu.

¡Pero ayer dijimos basta!!! Y nos bajamos de un taxi al ver que no quería encender el taxímetro para levantarnos un 1 euro por un trayecto que sabíamos que costaba 70 céntimos. En eso nos han convertido entre todos. En unos animales fríos y calculadores, salvajes de la negociación, capaces de regatear precios hasta en un Fast Food con tal de ahorrarnos 50 Wu Jiaos, al cambio, medio euro. Esto sí que es un Master Comercial. Y de los buenos. Nada de teoría, sólo práctica.

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