lunes, 15 de octubre de 2007

La ciudad del Futuro

Ya nos vamos para lo que esperamos sea la verdadera China. Después de 5 días en Hong Kong partimos hacia Shanghai, pero no nos gustaría irnos sin escribir antes unas palabrillas sobre esta ciudad.

Describir Hong Kong es complicado, porque es una mezcla de cosas que pocas veces se ven juntas.

Hong Kong es Futurista. Se trata de una ciudad a la altura de Nueva York o Londres, llena de rascacielos y con una organización de sus calles y sistemas de transporte perfecta que podrían ser la envidia de las otras dos ciudades. Pero futurista también porque como si de Blade Runner o Matrix se tratara, al lado de la parte más moderna de la ciudad se encuentran otros cientos de rascacielos del año de la picó al puro estilo Benidorm, donde se amontonan los millones de personas que allí viven.



Hong Kong es además Moda. Muchos de los Hongkoneses visten a la última, y cuando digo a la última es como salidos de una pasarela de Nueva York o París. Como si de Zaras o Mangos se tratara, puedes encontrar Prada, Armani, Gucci, Channel... en cada esquina! y llenos de gente comprando! que es lo que los diferencia de los de Europa. Ahora bien, hay que decir que también nos hemos encontrado por el camino con las bodas más horteras del mundo y con escaparates para salir corriendo.

Hong Kong es también Tecnología: No hay vagón de tren en el que no veas al menos 5 o 6 PSP´s con los dedillos de sus dueños en movimiento. Y como no, el móvil siempre en mano, no vaya a ser que se oxide en el bolsillo!! Como ellos dicen, “Hong Kong tiene siempre la última tecnología a los mejores precios”.

Quizás como resumen de lo anterior, tendríamos que decir que Hong Kong es Ritmo Frenético, y es que no deja de ser uno de los centros financieros del mundo. Gente que corre de un lado a otro, que visten en blanco y negro y que trabajan hasta bien entrada la noche... qué suerte tenemos de poder verles desde fuera!

Pero también en Hong Kong hay que hablar de Relax, y es que desde las islas de los rascacielos, y en un agradable viaje en ferry, puedes encontrar las islas más frondosas y sentirte un naufrago en una isla desierta. Visitar Budas gigantescos, comer marisco en una terracita (aunque no tenga mucho sabor...) en definitiva, que se puede desconectar de la ciudad en cuestión de 30 minutos.




Y por último diría que Hong Kong es Ilusión, y es que alberga uno de los Disneyland del mundo. Tengo que reconocer que Pedro tuvo que llevarme un poco a rastras hasta el parque, pero que salí si cabe un poquito más feliz que el día anterior, porque ¡es lo que tiene volver a sentirse un niño!

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